Caminando, así la conocí,
En un barrio de Quilmes triste y color gris.
Ella estaba rodeada de chapas, la buscaba sin pensar,
Por las noches, por las madrugadas,
la buscaba sin pensar.
La primera cita no hubo tanto que insistir,
con un ramo de $20 la invité a salir,
viernes, sábados, solíamos estar,
con el tiempo te aseguro que me estuve por casar.
Magdalena, Magdalena,
dulce Magdalena aún estás
tan hermosa, tan delirante
con tu acento de mujer fatal.
Cuando..
acercaba mi cabeza a su trono de cristal
reflejaba..
un gato alienado con pocas ganas de parar de tomar,
hoy ya no le sigo el paso
pero te engañaría si te digo que
no la extraño, no, no la amo, no,
y es por eso que vuelvo a Quilmes cada mes.
Magdalena, Magdalena,
dulce Magdalena aún estás
tan hermosa, tan delirante
con tu acento de mujer fatal.